18/11/09

Anoche vino Jack y me dijo que me libere


¿Cuántos posts se habrán escrito ya sobre el hermoso hombre de Lowell (Massachussets)? Haciendo un rapidísimo repaso se me vienen cientas de entre las miles de fotos que pueden encontrarse en google images, colgadas en cualquier blog de alguien que empieza, está en el medio, o acaba de decidirse a dejar de escribir. Todavía no conozco a nadie que diga "no me gusta Kerouac". Lo que sí conozco es gente que no leyó su poesía. O diría más: que en un país como Argentina es difícil que a la mayoría de la gente pueda gustarle Kerouac. Cuando empecé a meterme en este negocio me di cuenta que todos miran bastante torcido sus producciones, como exigiendo unas credenciales estilísticas acorde a un canon mental que nadie ve, pero que todos sienten como una especie de monstruo invisible que anda dando vueltas por ahí. Surgen entonces algunos problemas: empezamos a decir "esto está bueno", "esto está malo", y podríamos hablar de poesía como de cualquier cosa. El tema es este: en la casa donde estoy ahora, de la que pronto me voy a ir para buscar una cosa que no sé bien como se llama pero que promete enseñarme mucho, me encontré con un libro de poemas de Kerouac que sacó la gloriosa City Light Books. Es la primera vez que tengo un libro de CLB entre mis manos, y se pueden imaginar que para alguien que empezó a tomarse en serio (para mí la adultez es el momento cuando uno empieza a tomarse a sí mismo más o menos en serio) a partir de libros como éstos (podríamos sumar todos los que se imaginen de Wolfe, Hunter, Mailer, Kesey, etc.), ya es un acontecimiento bastante importante de por sí. Eso hasta abrir el libro y encontrarse con lo que, me doy cuenta ahora, olvidé desde hace bastantes meses: que escribir (podríamos hablar de cualquier otra cosa) es libertad. Imagino un futuro cercano en donde los jóvenes poetas, los jóvenes xxxxx puedan escribir olvidándose de todas los condicionamientos que la Gran Máquina de la Forma imprime sobre los paladares del gusto contemporáneo. Buscar dos piedras y golpearlas sobre las matas. Armar un incendio en el primer intento.
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7 %:

mercedes dijo...

fridom

Marina dijo...

vi por ahí un link que decía "Alfredo Jaramillo" y clickeé.
¿cómo andás? yo ahora también soy blogger.

Anónimo dijo...

de cualquier cosa

ana dijo...

hay algo que entiendo mucho y hay algo que entiendo muy poco de lo que escribis, me quedo con lo que entiendo mucho, es libertad porque por fin podes contar cosas que casi nadie puede o quiere oir, o no sabe que cara poner cuendo se las contas y no te gusta o no sabes contarlas como escribirlas. para mi.

Anónimo dijo...

asi es la cosa man.
hay que vivir como un condenado a muerte, que en definitiva es lo que somos

jaramillo dijo...

eh, q terrible esto último. hoy caminé por el barrio de flores y veía a un africano con canas vendiendo joyería, a un vendedor de lotería solidaria riéndose fuerte, por un momento sentí que entendía.

C.E dijo...

vagabundo del dharma, así por siempre

La Fuerza está conmigo

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Brazo Armado