Diego Vecino escribió una ponencia sobre la cumbia villera en la que dice:
En algún blog vi la ridícula asociación lineal entre tocar en los festivales de Macri y “ser funcional a la derecha”; un pobrísimo reclamo –voluntarista, esencialista, autonomista y de trazo grueso– que se le hacía al indie. Los distintos artistas “indie” otorgan una serie de argumentos inverosímiles y enrevesados para justificar su participación en el Festival. Todos, por supuesto, estúpidos, tendientes a ocultar la verdad de una conciencia moral pequeño-burguesa que siente culpa de contrariar uno de los mitos más resistentes de su imaginario: la independencia.
Si los chicos del Bicente no estuvieran tan preocupados por los comentaristas anónimos (esa voz de la mayoría silenciosa, esa fortaleza democrática) podríamos haber seguido boludeando un rato ahí y decir que lo que está en juego en entrar o no a los festivales patrocinados no es la independencia, sino la exagerada confianza en ellos mismos que muestran lxs chicxs que curten el indie (esa reducción semiótica del rock a una última dimensión significante de ropa y Bit Torrent); esa cosa de sentirse en la obligación de tener que "decir algo". El problema con el arte es hacerle decir cosas por afuera de lo que al arte le dá. Por eso la crítica es una mierda. Por eso los periodistas siempre se murieron por tocar.
En algún blog vi la ridícula asociación lineal entre tocar en los festivales de Macri y “ser funcional a la derecha”; un pobrísimo reclamo –voluntarista, esencialista, autonomista y de trazo grueso– que se le hacía al indie. Los distintos artistas “indie” otorgan una serie de argumentos inverosímiles y enrevesados para justificar su participación en el Festival. Todos, por supuesto, estúpidos, tendientes a ocultar la verdad de una conciencia moral pequeño-burguesa que siente culpa de contrariar uno de los mitos más resistentes de su imaginario: la independencia.
Si los chicos del Bicente no estuvieran tan preocupados por los comentaristas anónimos (esa voz de la mayoría silenciosa, esa fortaleza democrática) podríamos haber seguido boludeando un rato ahí y decir que lo que está en juego en entrar o no a los festivales patrocinados no es la independencia, sino la exagerada confianza en ellos mismos que muestran lxs chicxs que curten el indie (esa reducción semiótica del rock a una última dimensión significante de ropa y Bit Torrent); esa cosa de sentirse en la obligación de tener que "decir algo". El problema con el arte es hacerle decir cosas por afuera de lo que al arte le dá. Por eso la crítica es una mierda. Por eso los periodistas siempre se murieron por tocar.
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"Indie: reducción semiótica del rock a una última dimensión significante de ropa y Bit Torrent"
Ponele un marquito a esa definición.
gracias por la magia. este es el único blog que leo. y lo digo en serio. porque no tiene pretensiones y busca la verdad. por eso desde hace un tiempo que me hice medio chino.
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