Manteca menonita

En Dayton, Indiana, hay un restaurant menonita donde las jóvenes camareras se disfrazan con trenzas de fantasía para atander a sus clientes. Sirven una manteca de maní menonita que, además de lo obvio, lleva miel y malvavisco. La anécdota me lo contó Jade, una chica de Ohio que tiene mi edad y estudia y trabaja en Buenos Aires. Tiene un novio australiano, Rhys, a quien me refiero habitualmente como el chico wallaby o wallakid, según el caso. Cuando Jade, estando cerca de su Cincinatti natal, le contó la anécdota a su novio por MSN, Cocodrilo Dundee dijo: "Dios no debe querer a los menonitas para hacerlos comer esa porquería".

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