2006-2010
28/11/08
Voy a ser un Bambi en tu cama oh no
Esto es lo mejor que escuché en años, están todos: Dolores, Nico Pauls, los rusos, Camisani!, No como, no bailo, no puedo vivir, el hijo de Piero que embarazó a no sé a quién y la rompe, no importa si algún día tenemos que secuestrarlos, disfrutemos mientras haya democracia y amor, sobre todo amor, yo quiero acariciarte, y hacértelo, como la luna al sol, y así como estoy, te ríes de mi oh oh.
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27/11/08
Todo lo que está más cerca de la muerte parece mucho más lindo
La angustia adolescente garpó bien
Ahora estoy grande y aburrido
Jueces autonombrados juzgan
a más gente de la que vendieron
Si flota tanto ella no es
una bruja como habíamos pensado
Un pago adelantado a otra
del grupito de Salem
Sirvamos a las sirvientas – qué garrón
Ese divorcio legendario es aburridísimo
A medida que crecen, mis huesos duelen un montón
Duelen muchísimo
Luché para tener un padre
pero a cambio me dieron un viejo
Sólo quiero que sepas que
no te odio más
No hay nada que pueda decir
que no haya pensado antes
Sirvamos a los sirvientes – qué garrón
Ese divorcio legendario es aburridísimo
Cumbio: una tesis
Hace unos días me enteré de algo que me quema las manos: Cumbio es hija de un plomero y un ama de casa. Vive en San Cristóbal, en una casa que de afuera parece okupa y de adentro no es mucho mejor; lo que en círculos progresistas, con voluntad de inclusión pero pulsión de diferencia, se conoce con el nombre de “hogar modesto”.
Que quede claro: no estoy contando una anécdota. No me interesa tampoco tratar de hacer pasar esto como un pilar más en la estructura de los relatos clásicos del ascenso social, el melodrama de la chica de barrio que conquista el cielo de su época, la novela rosa tan cara al peronismo. No por falta de valor ni por juzgarla incorrecta, sino porque lo que calienta mi cabeza es otra cosa: ¿qué hace esta chica, hija de plomero y ama de casa, dirigiendo a la columna Norte de las tribus urbanas post 2001, hacia un futuro de visibilidad y legitimación? ¿Por qué una hija de asalariados logre instituirse como referente de una fracción de clase que, en los medios y en el sentido común de todos nosotros, suele asociarse a las clases altas? ¿Cómo es que, aceptando que todos los floggers del país se reconocen en ella (no tengo datos que digan lo contrario), una chica del pueblo dirija un movimiento interclasista?
Si Cumbio nos está dejando una enseñanza, para mí, apurado como estoy por vivir y entender, debería ser esta: las clases altas parecen tener todas las variables para mantener una hegemonía. Todas menos una: el capital social. ¿Qué hay en esta pibita, juglar de la ambigüedad sexual y la celebración iconográfica del yo, para que logre reunir en su regazo a otros pibitos de Barrio Norte, Abasto y Alta Barda, de un origen social tan distinto al de ella? No quiero decir que ella sepa adónde va; quiero preguntarme por el lado al que se la puede empujar.
Que quede claro: no estoy contando una anécdota. No me interesa tampoco tratar de hacer pasar esto como un pilar más en la estructura de los relatos clásicos del ascenso social, el melodrama de la chica de barrio que conquista el cielo de su época, la novela rosa tan cara al peronismo. No por falta de valor ni por juzgarla incorrecta, sino porque lo que calienta mi cabeza es otra cosa: ¿qué hace esta chica, hija de plomero y ama de casa, dirigiendo a la columna Norte de las tribus urbanas post 2001, hacia un futuro de visibilidad y legitimación? ¿Por qué una hija de asalariados logre instituirse como referente de una fracción de clase que, en los medios y en el sentido común de todos nosotros, suele asociarse a las clases altas? ¿Cómo es que, aceptando que todos los floggers del país se reconocen en ella (no tengo datos que digan lo contrario), una chica del pueblo dirija un movimiento interclasista?
Si Cumbio nos está dejando una enseñanza, para mí, apurado como estoy por vivir y entender, debería ser esta: las clases altas parecen tener todas las variables para mantener una hegemonía. Todas menos una: el capital social. ¿Qué hay en esta pibita, juglar de la ambigüedad sexual y la celebración iconográfica del yo, para que logre reunir en su regazo a otros pibitos de Barrio Norte, Abasto y Alta Barda, de un origen social tan distinto al de ella? No quiero decir que ella sepa adónde va; quiero preguntarme por el lado al que se la puede empujar.
15/11/08
La marcha de los chanchos
Este chico, Robin Finck, es un animal. No sé qué hacés perdiendo el tiempo en tu casa mirando la pantalla. Maquillate y salí a tocar la guitarra now.
Hora de hacer enemigos
Capaz que es tiempo de decir qué está bien y qué está mal, en qué lugar te vas a parar, contra qué vas a combatir.
14/11/08
Venía recién arriba del colectivo con lo que desde lejos me pareció un emo medio cyber-punk: un morocho que se había rapado la cabeza a los costados y se dejaba dos franjas al estilo mohawk pero con gel, una que le caía sobre la cara y la otra sobre la nuca, eso fue lo primero que vi, eso y un aro en la oreja, me gustó su estilo, sobre todo porque me hizo acordar mucho a ese monstruo dark que me cautiva que se llama Robin Finck. Cuando llegué cerca de él lo miré bien (me puse a mirarlo bien, así, descaradamente pero con buena onda, como queriendo decirle “estoy acá, tratando de entender lo que me estás queriendo decir con tu estilo”) vi que tenía las cejas depiladas pero también le vi una remera que decía “The Godfather” y algo hizo interferencia ahí, algo similar a lo que me pasó tres o cuatro cuadras más adelante cuando el pibe se empezó a tapar la cara pero se podía ver que tenía los ojos abiertos, o sea que no parecía cansado, hastiado de la rutina, sino que estaba manifestando un “taparse la cara”, era como que el tipo desplazaba el significante del significado, algo muy raro porque yo venía escuchando Kid A de Radiohead en el walkman y estuve a punto de creerle todo lo que me estaba diciendo.
Aprendiendo a vivir
Vuelvo a este blog y a editar una entrada que ya tenía como dos semanas en espera de publicarse, siempre me pasan esas cosas, dejar a las cosas suspendidas hasta que el ritmo natural del tiempo y del mundo se vuelva inexorable, no sé. En el medio pasaron diez mil cosas que me encantaría poder enumerarlas a fondo, darle una vuelta más, no puedo ¿Se puede cumplir con la fantasía de escribirlo todo, como un apunte permanente que registre las varaciones de temperatura en nuestros corazones?
Estuve mandándome muchos mensajes de texto con Héctor Kalamicoy; él en su isla bañada por el río Negro; yo en esta tierra amurallada donde el ruido es motor de la historia. Los tengo guardados uno por uno a esos mensajes, y los releo de vez en cuando para acordarme que el lugar en el que estás ahora no es el lugar en el que estuviste siempre.
La entrada que estaba escribiendo hace un tiempo hablaba sobre la música y la estatura moral de algunas personas, pero Conurba Talent me dijo algo con lo que coincido y es que uno a veces escribe cosas pensando que te construyen mejor frente a otros y hay otras, más chiquitas, más imperceptibles, que logran acercarte más.
Arriba de todo, el Poeta de la Perca. Me la mandó por mail hace unos días. Lo acompañaba con una leyenda: "Hola Jara, acá estoy, contemplando mis dominios".
Estuve mandándome muchos mensajes de texto con Héctor Kalamicoy; él en su isla bañada por el río Negro; yo en esta tierra amurallada donde el ruido es motor de la historia. Los tengo guardados uno por uno a esos mensajes, y los releo de vez en cuando para acordarme que el lugar en el que estás ahora no es el lugar en el que estuviste siempre.
La entrada que estaba escribiendo hace un tiempo hablaba sobre la música y la estatura moral de algunas personas, pero Conurba Talent me dijo algo con lo que coincido y es que uno a veces escribe cosas pensando que te construyen mejor frente a otros y hay otras, más chiquitas, más imperceptibles, que logran acercarte más.
Arriba de todo, el Poeta de la Perca. Me la mandó por mail hace unos días. Lo acompañaba con una leyenda: "Hola Jara, acá estoy, contemplando mis dominios".
Ya lo creo.
12/11/08
I´m in a Plottier state of mind
Fernando cuenta que hubo una feria del libro en Plottier. Me hubiera encantado ir para reencontrarme con mis compañeritos de inglés del Greenland School y también para cruzar nadando la isla que estaba a una cuadra de mi casa.
Aguante Plottier. Aguante el Bulo de la Muerte.
11/11/08
Este es mi barrio, este es el tiempo en el que vivo yo
Gonzo acaba de escribir un texto impresionante, de esos que leés y decís "cómo me hubiera gustado escribirlo a mí". Una idea estúpida, porque lo mejor que puede pasar ahora es que otros escriban por vos y así poder contagiarte de tu época y respirar el aire de la historia con pulmones ajenos. No se me ocurre una idea más próxima al comunismo. Al menos: es la que me tocó vivir. Iba a decir también que "ojalá el tiempo le dé el lugar que se merece" pero ahora me arrepiento, porque esa idea del tiempo, de la progresividad y la acumulación, no nos perteneció nunca. Algo cambió. Nada radical, a priori, nada que cambie la manera en que vas a despertar mañana y le vas a mirar la cara a tu jefe, pero... ¿y si no? ¿y si están hablando de la manera en que vas a tener que empezar a entender el ahora? ¿no es momento de empezar a preocuparte por lo que dice tu prójimo?
Martín Rodriguez linkeó el mismo texto que estoy linkeando ahora con un título genial: "No vayas más a la escuela". Creo que esa es la idea. Aprender a escribir sin tener que citar. Aprender a vivir sin pensar en la jubilación. Dejar de cuidar lo que van a decir de vos. Adolecer.
Martín Rodriguez linkeó el mismo texto que estoy linkeando ahora con un título genial: "No vayas más a la escuela". Creo que esa es la idea. Aprender a escribir sin tener que citar. Aprender a vivir sin pensar en la jubilación. Dejar de cuidar lo que van a decir de vos. Adolecer.
7/11/08
Échale sal al sapo, chico, revienta!
A no sapear y venir a la lectura, que va a estar buenísima porque van a estar las voces más coloridas de nuestra generación.
(Ácidos gratis)
(Ácidos gratis)
3/11/08
Dios es mi castor
Mañana Sonia Budweiser presenta su libro sobre monjas, esa especie en extinción (yo recuerdo haber ido una vez a un convento y las carmelitas descalzas eran tan feas que te daban ganas de adorar a Satán, pero esa es otra historia). Todo lo cual nos pone muy contentos porque ella es una chica de Bahía Blanca que vino a la ciudad y trabaja y trabaja y trabaja, y escribe y escribe y escribe, y hace las dos cosas muy bien. Además nos re cabe porque le gusta el Fuerte Apache.
Acá: una reseña de su book.
Y acá: una entrevista que le hizo Volquer, el sociólogo rápido.
Acá: una reseña de su book.
Y acá: una entrevista que le hizo Volquer, el sociólogo rápido.
Presentan: el Psicótico de Juan Terranova y Cristian Alarcón, el pibe que escribió "Cuando me muera quiero que se tomen toda la lola".
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