Un poema

Ey hola
¿en qué estás?

Sé que andabas por la calle
esquivando el agua que se junta cuando llueve
pensando en las cosas que perdiste
las llaves, la gomita del pelo, tu novia
y hacía frío adentro, ¿te acordás?
como ahora, que hay un hielo
para hacer que el corazón resbale
cuando va fuerte, o se congele
hasta que volvamos a estar en el cerro
armando un fuego chico, ramitas
papel y uno de esos troncos
que flotan sobre el lago, para
darle abrigo al árbol que tenés adentro
te creció, ¿no ves? Ahí en tus zapatillas
veo las raíces y en la cabeza manzanas
o una fruta de esas, algo que la gente
pasa y se lleva sin pensar mucho
sin saber que adentro corre
un río amargo que va rápido
como si fuera de montaña, un toro
que te empuja al picadero, está
durísimo vivir últimamente, ¿sabés?
La birra no pega, la luz sube, seguís
sin saber hablar de amor, qué pasó Juan
qué es de esa época cuando hacíamos pozos
y la tierra se dejaba acariciar
o el sabor del mate cocido
cuando tus hermanos eran héroes
de un comic sobre metal y skateboarding

Ahora las cosas son más serias
aprendiste que mover la mano agita
el aire alrededor, mirar el cielo no hace
que las nubes lleguen más rápido, odiás
lo peor de vos y sin embargo seguís
usando la cabeza, qué horror, adónde
vas a moverte ahora que está oscuro
y viene el invierno y tenés que irte
de casa, mudarte, a quién
vas a llamar cuando la puerta
se cierre, con quién vas a pasar
las próximas horas.
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