Resulta que la vecina localidad de Cipolletti se decidió por cuarta vez consecutiva a mendigar un lugarcito en la cultura letrada y organizó una vez más la Feria del Libro, especie de kermese en la que abundan promotoras de electrodomésticos con culos blancos, niños empastillados y sometidos a la influencia maligna de viejas cuentacuentos, y ofertas de ocasión decididamente inentendibles.
El lugar en el que todo este manjar se desarrolla es un pomposamente citado "Predio ferial de exposiciones", que da la impresión de haber sido un depósito de Supercoop o un viejo galpón de empaque en cuyo revoque grueso embaladores veloces y secretarias de gerencia bien podrían haberse desangrado en un coito prohibido durante el calor de una tarde de enero.
Pero no, o sólo quizás, porque ahora vinieron los libreros y la bohemia fétida que por citar una frase de Kerouac (y esto sería ya de una suerte grandiosa) o un verso de Benedetti ya se cree miembro imprescindible del circo, y que me hacen acordar -en el campo sofisticado del pensamiento abstracto- a los amados chacareritos, semilla de nuestra cultura, que venden un camión de fruta y hacen gala del sacrificio y van y se compran la Toyota Hilux para hacerla mierda contra el cordón de la vereda cuando van al pueblo a reventar como cerdos en algún bodegón de mala muerte.
En la Feria del Libro de Cipolletti, por ejemplo, la única lectura que se hizo tuvo por participantes a un viejo ciego de Chubut; a un santafesino bastante digno (César Bisso, que en realidad estuvo muy bien y además me regaló su libro y se refería a mí con mi nombre propio -"Alfredo, Alfredo"- y nada malo podría decir de él); el capo de la mafia de Ñ, Vicente Muleiro (después, cuando estemos bebiendo yo y mi maestro iraní cerveza y Muleiro un whisky con agua mineral, me volví patético y casi termino pidiéndole trabajo) y el chileno Palma Moreno, muy ladrón al leer los mismos poemas que leyó afuera de Casa de Gobierno. De neuquinos, o lo que más grave, de rionegrinos, ni la sombra.
Las chicas con esas camperas que parecen nutrias de escaparate, bien emperifolladas, rumbeaban sin saber bien qué hacer entre las mesas de saldos, pensando en que quizás hubiera sido mejor ir a ver la obra de Florencia Peña o a bailar un reaggetón en la tarima de Kimika. Los viejos de siempre, que esta vez llevaron el último de Marcos Aguinis en lugar de la novela de Saramago, y los aduladores de la Santa Mierda que hacen lo que pueden para verse interesados en el evento.
Así, en la hermosa atmósfera red neck de la cultura valletana, un sábado a la tarde se saborea como el último y amargo caramelo de la desidia.
10 %:
ahhhh tal cual, tan verdadero, tan real tan tang tangggg
Qué fantástica crónica, hermano mío. Ese es el grado de mala leche que busco. De verdad. Quítate a ese gente de encima. Muleiro es tan ciego como el chubutense. Y para qué querés neuquinos o rionegrinos. Si van a leer el último de Aguinis. El último de Saramago.
Que viva la mala leche!
Que la literatura castigue con su Parker punta de plata a aquellos que lo merecen!
Me voy.
Creo que debo.
Cuesta ser hijo de puta, pero estoy poniendo todas mis energías en ello.
Loco, a ver si se ponen las pilas y algunos empiezan a afinar la lectura y aprenden a detectar una ironía cuando ésta aparece.
Algunos me anduvieron apretando por ahí a causa de cierta supuesta indulgencia hacia algunas figuras del firmamento poético, hecho que provocó toda mi crispación.
En este blog todavía no sobamos las espaldas de nadie, al menos hasta que aparezca un poco de guita.
Pregunta: siempre que vas a algún lugar y hay está el invitado del evento, terminas chupando con ellos? Si es así, no te conviene empezar a ir a los desfiles de Dotto???
¿Quién sos, anónimo?
Necesito tu sabiduría más seguido.
blediaMiren: no ataquen a los rionegrinos, ataquen a Soriano. Él se lo merece, hace más daño que el vino con sandía o que apretarse eso con el cierre del pantalón. Con respecto al maestro iraní, ya hablé, parece un mono esclerótico. Su conferencia: nada. Su cara:no sé, si fuera su padre me hubiera esforzado. Lo mejor de la feria: las promotoras, nada que envidiarle al Valhalla. Ah, y yo soy criado en la chacra,lector de Corín Tellado en el baño,che, no seas injusto.
yo no tengo blog pero una amiguita si www.lagrimasdeconidioforo.com
lorena
Qué pasa? Si la feria no cumple con los estándares que establece la inteligencia atrincherada no es válida?
Fuck off...
¡Já! ¡Anónimo! ¡Claro que no es válida!
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