y a las pasajeras del baño acudir
cada vez que el trueno sube
por arriba de mis sábanas
cuando la tormenta abunda
y una Venus chiquita
se pierde en el agua densa
bajo la línea del charco
se refriega y ríe, echa burbujas
con la forma de tu cara
que en el aire frío
en la luz salvaje
aguarda el beso redondo
esa pupila intacta
que es todo hombre
solo
Quizá el fuego se pierda
en las tintas de tu cuello
como un cisne al borde la muerte
tendremos por destino el silencio
o con suerte caeremos
en el barranco dulce de tu palabra
que viene por las noches
a violar las cerraduras
en esta ciudad quieta.
Quiera un día que
tu pájaro anide en
la tierra agrietada
y esa sombra que te protege
sean las letras que dibujen
el vuelo brillante de tu risa perdida
de esa bocanada de humo
que pelea desnuda
la tibia madrugada.
a P. y E., que lo cambiaron todo, con tan poco.
2 %:
linda la dedicatoria.
Ahora: si lo cambiaron todo, seguramente no fue poco.
saludos
Linda, bonita y tibia poesía. Me gusta eso de "palabras que violen cerraduras", ¿estarán al tanto de las materialidades las palabras, cuando no están escritas? ¿Sabrán de texturas,de temperaturas, de roces? Corretearán, en sus existencias decoloradas, sobre las inmundicias terrenales? Cosas que me pregunté a partir de tu poesía. Saludos!
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