Desde hace algunas semanas que la muerte viene siendo una fantasía recurrente. Al cruzar la calle, al pasar cerca de una obra en construcción, las posibilidades siempre son las mismas: un auto rojo que me arrastra diez metros contra la calzada; una viga que se desprende, rompe las mallas de contención, y me aplasta.
El momento que más me angustia es la agonía en el hospital: vienen ex novias, hermanos, compañeros de secundario, mi vieja rota en llanto. En la cama, la cara destrozada de alguen que ya no soy yo.
Me acordaba de un ex compañero de colegio que se metió en esos programas para ir a laburar fuera del país en un empleo pésimamente calificado: trabajar en los viñedos de California, au pair en Francia, sillero en los centros de esquí de Aspen. Éste se fue a Hawaii a limpiar vidrios en rascacielos. Hawaii. Desde la altura se ven los surfers navegando las olas, los tiburones en el fondo del mar haciéndose un festival con los peces de colores. Un día se sujeta mal a su arnés y se va al carajo.
Mandan el cadáver por avión, creo, y lo entierran acá. Emilio, se llamaba. Todavía no termino de decidir si es un mártir de la precarización laboral, o de una generación despreocupada y ociosa que confía en que el mundo es aún un lugar seguro.
El momento que más me angustia es la agonía en el hospital: vienen ex novias, hermanos, compañeros de secundario, mi vieja rota en llanto. En la cama, la cara destrozada de alguen que ya no soy yo.
Me acordaba de un ex compañero de colegio que se metió en esos programas para ir a laburar fuera del país en un empleo pésimamente calificado: trabajar en los viñedos de California, au pair en Francia, sillero en los centros de esquí de Aspen. Éste se fue a Hawaii a limpiar vidrios en rascacielos. Hawaii. Desde la altura se ven los surfers navegando las olas, los tiburones en el fondo del mar haciéndose un festival con los peces de colores. Un día se sujeta mal a su arnés y se va al carajo.
Mandan el cadáver por avión, creo, y lo entierran acá. Emilio, se llamaba. Todavía no termino de decidir si es un mártir de la precarización laboral, o de una generación despreocupada y ociosa que confía en que el mundo es aún un lugar seguro.
9 %:
je je yo me quedo con tu maq de escribir y publico desde la clandestinidad elegía del periodista muerto y del surfer triste. Aunque capaz rapiño alguna chica que se acreque desconsolada, en todo caso improviso.
Ayer miré policías en acción y vi a un tipo en el piso que recién lo habían atropellado y al que lo atropelló llorando y hablando con un cana: morir, bien... hoy a la mañana estaba laburando y en el auto pensaba en qué pasaría si atropello a alguien. Hasta en un momento un pibito amagó cruzar la calle y eso hasta valió unos comentarios con quien me acompañaba en la chata: morir bien, y ser asesino? atropellar a alguien, tirarle un cartel a alguien, contratar a alguien para que me lave el vidrio a unos 200 mts de l piso... eso es heavy.
digo, es la misma probabilidad?
no se... me pica el tema generacional... qué define a nuestra generación?
qué pregunta pelotuda no...?
hola jaramillo!
soy amiga vilma, de max
hermana de tomas (celebrio)
este es nuestro flog......
www.fotolog.com/amebaeditora
metete! y estamos en contacto
me gusto mucho tu blog!
Fideos: sí, es la misma probabilidad pero a la inversa. Aunque un poco más difícil, ¿eh? Cargarse a alguien no es lo mismo que ser cargado. Prefiero esta última. La responsabilidad civil es una mierda. La pena de muerte es la única cosa que pondría las cosas en su justo medio. Pena de muerte para todos.
Lunita: ufff... ¡qué dilema! No sé, a mí el tema definicional de las generaciones me vuelve loco. Cuando encuentres una respuesta pasá y avisá. Pero una cosa más, que sí te puedo decir: creo que hoy, y principalmente en algunos círculos intelectuales porteños, la pregunta por la identidad de los escritores nacidos en el 70 es el árbol que tapa el bosque. Nadie nunca, me parece, tuvo tanto narcisimo a la hora de preguntarse esas cosas. Y creo que es de un marketing aterrador.
Qué bueno Vilma que hayas pasado por acá. No sé de dónde sacaste la dir, pero es bueno estar en contacto. Ya mismo estoy viendo tu flog.
la de pasar abajo de unas vigas es fija.
Otra que me pasa es estando en un balcón, siempre siento (no pienso) que estoy cayendo.
No había pensado lo de no morir y quedar postrado en un hospital Ahora todo es peor.
saludos
Vos sabés que hasta ahora no había pensado en morirme. A mí también me tiene que pasar?
No sabés si en Camuzzi o en CALF alguien se ocupa de cambiar esa movida? Avisame que tengo contactos, pudo hacer algo por nosotros: Vos, yo, Kalamicoy.
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