Por los buenos oficios de Bruno y la Cartonerita Solar, tuve la gracias de convertirme en uno de los primeros lectores de Una Guacha Montonera, la nueva compilación de poemas de Santiago Llach, ese muchacho a quien Juana Bignozzi acusó de haberse desgajado de la clase alta para asumir el papel (esto lo digo yo) de un fiscal psicótico y enajenado, concentrado en denunciar los amaneramientos que los poetas suelen exhibir en las reuniones sociales.
La primera vez que leí eso que ahora se llama "Un poema abandonado hace años" me quedé bastante helado frente a la catarata, el fluir incesante, el rojo magma de odio y libertad. Por día se escriben - dos millones de poemas malos - y una Canción Regular, se decía ahí, al final de un desfile donde alguien se quedaba quieto hundido en la cerveza, la pala, atento al ruido de las mandíbulas en la barra de Banchero.
En la era de las camarillas y la felicidad permanente, nada mejor que salir a dar un paseo por la vereda oscura de la vida y dar rienda suelta a los sueños frustrados de nuestras fracciones de clase. Acá todos sus libros online y acá una entrevista. Poesía para leer en los carnavales caretas.
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y en breve viajamos pa baires para atiborrarla de libros de Llach y otras cosillas...
saludos. recta del desierto brevessssssssssssssssss
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