Al parecer, algunos especialistas en educación han vuelto otra vez la mirada hacia el polémico tema de los efectos de la TV en los niños. Esta vez, una nota producida por Télam y recuperada por el diario Río Negro (con su obvio y despreocupado sentido de liviandad y rigor característicos) alerta sobre los serios riesgos que implica el consumo de dibujos animados basados en castellano neutro para la identidad lingüistica de los pequeños televidentes.
El motivo de preocupación es la creciente incorporación del lenguaje de los dibujos animados a la vida de los infantes, ahora abandonados a una lengua de doblaje filo-centroamericana en detrimento de nuestra habla nativa.
Refiere la nota en uno de sus párrafos:
Mabel Costas, mamá de un nene de 9 años, dijo que notó hace dos años que el vocabulario de su hijo se incrementaba con muchas palabras de los dibujitos y recordó que hasta llegó a decir que su hijo "hablaba como un dibujo animado".
Ante la firme sospecha de que está por aparecer -como siempre sucede- una Liga de Madres por un Lenguaje Correcto en la TV, el secretario de Medios de Comunicación de la Nación, Enrique Albistur, estaría adelantando una jugada preventiva en alianza con algunos profesionales. Según informó una alta fuente del citado organismo, en los próximos días entrará a la Cámara de Diputados una ley para que los dibujos animados sean doblados al idioma nativo, de modo que los niños argentinos puedan disfrutar de Scooby Doo en versión santiagueña, las Chicas superpoderosas en correntino y Bob Esponja en quechua.
1 %:
La espada del augurio (doblada)
Leono: Devolvéme la espada, Pantro hijo de una gran puta...
Pantro: Chupamelá, tragaleche, esta espada la saco por una gamba en la feria.
Chitara: Eso, negro, ¡vendamoslán!
Leono: Vos calláte, pelotuda, que si me dás un centímetro de changüí te rompo el orto.
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