Cuánta tela para cortar. Había empezado este post con la frase "A todos, un día, nos toca un San Vicente", imaginando a los viejos peronistas con la voz cansina, lagrimeando una jamás esperada última despedida, a los jóvenes peronistas -pichones de sindicalistas con sobres bajo la mesa o militantes rentados- esperando su aún menos esperado adiós; iba a comentar la columna de Pacho O´Donell en Clarín, cuyo miocardio peronista se retuerce entre recuerdos del Che y corbatas de London Tie; en la casualidad de que en mi viaje a España visité otro "San Vicente" canónico: así se llamaba la huerta en la que nació y vivió durante sus últimos años Federico García Lorca, donde entró a reventarlo la Guardia Civil; y mientras el poeta escribía Bodas de Sangre ni se imaginaba que unas décadas después un militar argentino vendría a tomarse el asunto al pie de la letra al casarse con Isabel y abrir el camino, luego de su muerte, para que ese último gobierno de su más directo linaje sea tristemente recordado por la sonrisa bruja de López Rega y el temperamento de anfetas de Isabelita.
En todo eso pensaba cuando las balas empezaron a cruzarse por la pantalla de todos los programas de la televisión, cuando las panzas peronistas con el logo de la CGT y las 62 organizaciones comenzaron a recibir piedrazos a mansalva, y entonces cualquier crónica me pareció ociosa en comparación con este glorioso 17 de octubre que otra vez nos envuelve con fervor, mientras el Queridísimo General desciende desde el cielo envuelto en su manto albiceleste, y radicales y socialistas y maoístas y troskos y guevaristas y negros de mierda y oligarcas detestables y el tufo rancio de la clase media pidiendo a gritos que de una vez por todas el Viejo se hunda esos míseros dos metros bajo tierra.
“Y... subestimar la pasión peronista me parece un error bastante feo”, reflexiona el conductor de TN, y ya no nada más puede decirse.
6 %:
Un día peronista. Popular y violento. Choripán y fierros. Panzas de asados y domingos con los tallarines de la vieja (Loro Miguel dixit). ¿Los palos se los habrán comprado a los piqueteros conversos de D´Elia?.
Y todo por tele. Un asco dentro de un asco.
Recién me enteré del Kilombo por la tarde. Me había pasado la mañana y la siesta escribiendo y escuchando bandas uruguayas (11 tiros, No te va a gustar y a Tabaré que no parece tan pastero como su presi).
No hubiera estado mal que el sobretodo de madera se abriera, que se partiera en mil pedazos, que el General abrazatodos saliera a tomar aire, que sus queridos descamisados se abalanzaran sobre el cuerpo y que cada uno se quedara con su pedacito, con su falo peronista, con un pedazo de milico-populista-machito-maquiavelo.
De paso, ¿para cuándo el entierro de las famosas manos?
Mario, de acá, del canalito
Juastamente pensaba en eso. Que la justicia soical, devenida en divina, le devuelva la vida al General. Que el feretro se abriera ante el asombro de doña Rosa que lo seguía por TN, irrumpiendo a los muchachos cantando "somo la jotapé" mientras le pegaban unas patadas a un médico del francés; que la pistola se trabara y las balas en el aire se detuvieran y cayeran al piso; que Moyano, asustado, lleve, con su mano derecha, la estampita de Evita del calzón al cielo y con la izquierda proponga la V a la muchachada. Seguro que muchos, ante la aparición divina, se seguirían cagando a palos y no harían caso, pensando en no dejarse arrastrar por los flashes del vino en cartón.
Perón vivo abrazada a Karina Mujica en la tapa del Pagina.
Querido, terminé de colgar algo sobre los Perones y me vine a tu blog a leer lo que seguramente habías escrito. Y no me equivoqué mierda. Viva Perón, carajo.
A tout:
"Choripán y fierros", rememora Mario del Canalito. Una militancia justicialista alucinada por el vino acalorado de la siesta, propone Plant B. Y Vigna que en medio de citas de Borges se empecina en recordarnos el enano peronista que todos llevamos dentro.
Hay periodismo... perdón: hay peronismo para rato, señores.
Una más:
Lo tuyo, Mario del Canalito, es imperdonable: escuchando bandas uruguayas el día más argentino de todos. Con el conflicto de las papeleras soplándole la nuca a la soberanía nacional.
Sos un cipayo vendepatria.
Liberal.
Gorilazo.
Ojalá que te destripe la bayoneta de un Vietcong.
Lo que pasa es que los CDs truchos estaban grabados en esta gloriosa patria.
Igual, ¿a cuánto se está otizando la patria?
El cipayo
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