28/2/07

Dulce aroma montonero

Cuando vivía en Buenos Aires
respiraba peronismo

Los adoquines sudaban
soberanía popular
“Construcción de base”,
compañero, armar la orga
cerca del puerto
salir a los tiros a
vengar al Viejo

Rucci en afiches callejeros
asesinado
pobre Rucci
el que le sostuvo el paraguas
a Perón
en la Ezeiza de caravanas proletarias
de fierros y corridas

de muchos fierros, compañero

aunque también había
cigarrillos negros
y una columna de humo colosal
dibujando en el cielo las
gloriosas siglas
de la JP

Buenos Aires era peronista
cuando caía el sol a las
siete de la tarde por Corrientes
y el obelisco se convertía
en un sable rojo desenvainado
que regaba de luz las sombras
de la Patria

Buenos Aires era peronista
cuando arreciaba el aire de invierno y
se metía en las narices populares
de oficinistas, vendedores de chipá,
de militantes tristes
por un tiempo viejo
más amarillento que
un libro de J.W. Cooke
comprado un domingo
a 36 pesos
en el Parque Rivadavia

Y otra vez calle Corrientes
y Rodríguez Peña, donde el
Gordo Bonasso puto de mierda
dice que despidió
por última vez
al gran Paco
antes de que el peronismo
y el cianuro
lo empujaran lejos
de este mundo

Peronismo también en
los labios de esa
morocha de Recoleta
que se dejaba besar
bajo las luminarias del Patio Bullrich
sin saber que en estricto secreto
yo pergeñaba mi venganza
de hacerle un hijo
a la oligarquía

Unas cuadras más lejos
las gargantas agrias del Círculo Militar
carraspeaban whisky y doctrina
enjutos en verde resentimiento
por un tambor vacío y un gatillo
lleno de ira.

Todo era una grieta cómica
una caída momentánea al
nombre de guerra, a las casas
clandestinas, a la vida hecha
un suspiro grandioso
con embarazos fugaces y chau
tu tía

Buenos Aires era mi abuela
yendo en tren
a ver a Evita
y mi viejo atado a una cama
llorando a oscuras
mojando las horas más preciosas
de su niñez
en la agria leche
de la Historia.

22/2/07

Camino a casa


Yo vivo ahí abajito, en el camino que se fuga por el ángulo inferior derecho de la foto. Es una pensión. Yo le digo El Bulo de la Muerte. Hay una cama y un baño. Y mucha muerte.

"Neuquén produce"

Eso reza de veinte a treinta y dos veces por día la publicidad oficial del gobierno neuquino en Canal 7, mientras la cámara muestra huertas de verduras, campos de cerezas y tabajadores mal pagos.
Y así se opaca el trabajo del campesinado ardiente y reventado de las letras negras neuquinas: dos nuevos blogs llegaron al barrio. Agarrate fuerte mamita linda, corazón de barrio Los Pumas, que va ser peor que viajar sin agua o que te muerda el perro de Britney.

Las lecturas de la discordia

Los chicos de Amontonados por el Viento dispararon una discusión que merecería un infinito tendal de comentarios sino fuera porque el léxico sofisticado de los debates le quita todo lo divertido que tiene el asunto.

El tema: los encuentros de lectura. La pregunta: "¿cuál es la función actual de estos encuentros de lectura? ¿expresar las diferencias literarias de todos los textos? ¿o conocerse más entre ellos, unificar a los escritores (y a algunos críticos con ellos) para conformar los círculos de amiguismos a los que estamos muuuy acostumbrados?"

Como diría cualquier periodista con las facultades mentales disminuidas: "Para debatir".

21/2/07

Mi carta a Papá Noel

Tengo ganas de subirme a una ruta en un auto y no parar hasta que mi ansiedad quede en llanta y no haya más páginas en blanco.

17/2/07

Plaza Francia

Verdad de rayo, delirio.

Había horas, perros y agresiones;
un negro tendal de explicaciones
penetrando el silencio de la calle.

Una porción tuya era mía, y el caníbal
que controla mi cerebro se entregó al
fuego de la persecución.

El pasillo era una boca jadeante,
agónico de encierro, lámparas calientes y
canillas mal cerradas.

La mitad izquierda del ropero se desarmaba
esperando en sorda amnesia tus regresos
de monstruo-Cenicienta-mal parida.

Paciente naftalina: ansiaba otro viaje
en tus camisas; sobre todo esos paseos de
domingo y algodón en la boca, con las
armas descargadas.

Todos los faroles del centro
rompiéndote la cara de luz,
haciéndote princesa
con el cetro de mi desgracia.

Negro más que amarillo


Por estos días no entiendo cómo, habiendo dado cuenta en tantísimas ocasiones de su genio mordaz, la mentalidad popular neuquina (MPN) aún no acuñó frases del tipo “Más turbio que moral de taxista”. ¿Es que alguien puede creer verdaderamente los ribetes que ha tomado el melodrama desatado por el asesinato del pobre Néstor Navarrete, padre de tres hijos, chofer de taxi muerto de un balazo en la boca en la noche cerrada del Parque Industrial?

Me refiero a ciertas contradicciones: se los escucha a viva voz pidiendo justicia por su compañero (hecho inobjetable), y la cosa se va subiendo de tono, y se corta el puente y el gordo Darío Lucca, secretario del gremio de los Peones de Taxis de nuestra provincia, pide la renuncia de la ministra de Seguridad y todos lo vitorean: “Qué huevos Lucca”, “Vamos Lucca”. Y en medio del ardor combativo, de esa libido sublimada bajo la acción del sol del piquete, todos se olvidan que Lucca es puntero del MPN y brazo sindical de la delirante candidatura de Jorge Sobisch, único responsable de haber incluido a Susana Arévalo en su gabinete. Piden más seguridad en la calle, la presencia del ESTADO: se convierten en perfectos fieles de la Santa Iglesia del Gran Comisario Fornicador de Libertades. Y no quiero decir que el asesinato del pobre Navarrete, que después de ser tiroteado siguió manejando su auto con la mandíbula destrozada hasta las puertas de una comisaría, no merezca una investigación ni el castigo de los culpables. No digo eso.

El punto de mi ataque es la impostura melodramática de sus compañeros, esa congoja de carnaval que exhiben frente a los micrófonos, frente a las cámaras, frente a las periodistas mal maquilladas de los canales de aire, a quienes no tardarán en tocarles los culos apenas se retiren. Montados en la simpatía que despierta la desgracia ajena, los taxistas lavan la cara de sus delitos cotidianos con el gesto ampuloso de la víctima ultimada. Incluso me arriesgo a pensar que una parte de los que salieron a cortar los accesos a Neuquén Capital en reclamo de la detención de los autores del hecho, la noche anterior seguramente estaban vendiendo cocaína en las calles del bajo o marcando casas vacías listas para ser profanadas, o mirando al costado ante un asalto que se cometía cerca de su parada. Y ahora piden “solidaridad” y no vacilan en golpear a quien se atreva a cruzar el puente en auto.

En el nido de su autoritaria ignorancia, los taxistas reclaman justicia en un lenguaje que nadie entiende pero que, al parecer, funciona a costa de todas las reglas morales que dicen respaldar sus acciones.

Pobre Navarrete, decía, padre de tres hijos, asesinado mientras conducía su automóvil por los oscuros caminos de la meseta.

7/2/07

Algo que empeora

Un colectivo interurbano se cae en una zanja de riego. Mueren cuatro personas y hay 33 heridos.
Un camión que transportaba frutas colisiona de frente con un automóvil Bora. Dos víctimas fatales y tres heridos.
En medio del ventarrón vespertino, se entrega silencioso en la Comisaría Primera el hombre que asesinó a Durán Soto de una puñalada que le rajó 15 cm de vientre.
Y el cuerpo de un taxista es atravesado por tres balazos, gentileza de un tipo enojado porque el precio del viaje le salió más de lo habitual.
El Alto Valle es un policial negro, negrísimo. En comparación a las noticias de los últimos días, las necrológicas de los diarios se parecen cada vez más a una tira humorística. El veraneante bronceado se apresura a pensar si fue una buena opción dejar el departamento dos ambientes a mil pesos la quincena que alquiló en Las Grutas. Pero no sabe que su vecino le tenía ganas. Que mientras le miraba las piernas a la mujer, pensaba en cómo luciría el cuerpo de ese flaco chomba Lacoste en caída libre desde el acantilado.
Algo malo se instaló acá desde hace unos días y nadie se atreve a cruzar la calle. Tampoco se atreven, claro está, a intercambiar palabras entre sí.
Sólo miran hacia arriba de vez en cuando para ver, recortados contra las nubes en eterna fuga hacia el este, esos chimangos que no paran de volar y volar cada vez más bajo.

La Retórica alcohólica del gran Roland


"En la medida en que el entimema es un razonamiento "público", era lícito extender su uso fuera de lo judicial y es posible encontrarlo fuera de la retórica (y de la Antigüedad). Aristóteles mismo estudió el silogismo práctico o entimema que tiene como conclusión un acto de decisión; la mayor es una máxima corriente (eikos); en la menor, el agente (por ejemplo, yo mismo) comprueba que se halla en una situación cubierta por la mayor y concluye por una decisión de conducta. ¿Cómo es, entonces, que la conclusión contradice, tantas veces, a la mayor y que la acción resiste al conocimiento? Es porque, muy a menudo, de la mayor a la menor hay una desviación: la menor implica subrepticiamente una mayor. "Beber alcohol es perjudicial para el hombre, yo soy hombre, por lo tanto no debo beber" y, sin embargo, a pesar de este hermoso entimema, bebo; es porque "bajo cuerda" me refiero a otra mayor: el espumante y la bebida helada apagan la sed, refrescarse hace bien".
Roland Barthes (mitólogo salvaje, capitán de tormentas semiológicas, ordenador de signos invisibles) y una poderosa lección acerca de cómo hacer literatura de divulgación para un audiotorio de alcóholicos anónimos.

2/2/07

Tomy Iommi era neuquino

"Volva -derivación deforme de la palabra "válvula"- se propuso crear una bola de sonido tan grave que quien pudo escuchar el demo de cuatro temas que circula de mano en mano por los bajos fondos del rock vernáculo, creerá que la obra fue hecha por tres sordos obsesionados con hacer del ruido un mandamiento".
Recomendable tormento de la mano de Volva aquí (y en el último link en la columna de la derecha).

El B-Side de Los Villancicos Vrutales


1º de enero de 2007. Resaca calurosa en Río Juramento 1175. De izq. a der: Levín, Ana, Paz, Guillermina, Jaramillo, Lunita y Funes. Acostado, amigándose con el asfalto, el Tigre Oyola.

La literatura surge en las circunstancias más inesperadas.

La última vez que había estado en Cutral Có, la última vez que había sido penetrado por la desolación seca y calurosa de la metrópoli petrolera, fue cuando iba a visitar a Antonella, una integrante del equipo provincial de natación que hacía de novia mía en algún momento entre mis 16 y 17 años. En aquel entonces vi poco. Ni dinosaurios ni camionetas Hilux. Lo único que recuerdo era una tabla de planchar en el living y un sofá bordó donde ensayábamos nuestras primeras toqueteadas en serio.
Ahora la cosa es muy distinta. Desde el vamos, los motivos son otros. Conducir un programa informativo en una radio municipal que todavía mantiene con orgullo una discoteca con discos de pasta y tiene toda una sala dividida en dos categorías: "Folclore" y "Tango". Desde el momento en que entré ahí, me di cuenta que esas son las armas de destrucción masiva con las que la jefa del proyecto quiere barrer a la competencia, otras dos radios copadas por los amiguetes del MPN cuyos nombres dicen cosas importantes: Fuego y Terremoto. Así se llaman las radios más escuchadas de Cutral Có. Ese es el enemigo principal de la concertación radical-kirchnerista, que ahora sueña con un dream team políglota: se espera el lenguaje del pueblo y el de los tecnócratas. Y hay buena gente. Me entusiasmo.
Cutral Có es una ciudad animizada, diseñada en los delirios de insolación de un mal jugador de casino. Los dinosaurios reviven en esculturas de plástico reciclado a la vera de la ruta, mientras titilan los neones de restaurantes de camioneros que atren a sus clientes con logos de torres de petróleo sentadas a la mesa, sonriendo, con una servilleta anudada al cuello.
Uno de mis compañeros me lleva en auto, y mientras los 38 grados de calor se filtran por el parabrisas me confiesa: "Yo me vine a vivir acá por amor". Porque sí, al parecer el desierto es un clima propicio para el amor, y yo al escucharlo quiero ser Moisés guiando a una caravana en llamas, llevando a esos judíos torturados por el viaje místico del amor, en medio de la nada, con las piernas lasceradas por los alpatacos.
Yo quiero ser Moisés, quiero navegar por las ondas de radio y creer que hay un lugar para todos en esta devastación, para el puntero, para el drogón sin agua, para la transpiración sin dueño, para el lento caminar mercenario de los neuquinos transformados en arena.
Y al irme de la ciudad, cuando veo un accidente recién ocurrido que dejó a un auto en medio de una zanja y a un pelotón de curiosos reunidos alrededor del siniestro, pienso que en Cutral Có la salvación y la desgracia sobrevienen tan fácil como un volantazo mal dado.

La Fuerza está conmigo

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Brazo Armado